Kyabe Avanza inicio 2

Sobre las fotos de la web. Por Luz Casasnovas

Hemos querido darle un espacio en nuestra sección de noticias a Luz Casasnovas. Colaboradora del proyecto, quien además de haber realizado varias visitas al Chad para compartir sus conocimientos profesionales como médica, paralelamente y con una sensibilidad única realizó cientos de maravillosas fotografías.

Luz amablemente nos ha cedido las imágenes para darle vida visual a esta web y además nos ha compartido un relato de cada una de ellas. 

Palabras de la autora
Soy Luz Casasnovas. Autora de algunas fotos que aquí se exhiben para ilustrar el trabajo que están llevando a cabo en Kyabé algunas personas de buena voluntad. Como estudié medicina hicimos varios proyectos para trabajar con aquella hermosa gente entre ellos hablar de la epilepsia y las convulsiones que a ellos les sigue pareciendo brujería y maldición y las personas que las sufren son condenadas a vivir fuera de las aldeas lo que significa la muerte segura.

Hicimos un proyecto para hablar de las relaciones sexuales ya que al estar mutiladas y no tener métodos anticonceptivos había situaciones muy dolorosas y difíciles de resolver. Fue uno de los más satisfactorios para mí. También trabajamos con la artemisia annua como remedio natural para tratar el paludismo. Fue magnífico ver la respuesta de todas aquellas mujeres. Seguimos con él. 

En fin, de todos estos proyectos salieron las fotos, que están a disposición de quien las necesite a cambio de una pequeña donación a Kyabe avanza. Gracias y Lalé,

familia Kyabé
Rachel de bolí

Rachel estaba en Tatemoe cuando di un curso de relaciones sexuales y métodos anticonceptivos. Ella se implicó a fondo y nos explicaba cómo había aplicado con su marido lo que aprendía en el curso. Todas estaban mutiladas y la relación sexual era dolorosa forzosamente lo que hacía que ni el marido ni ellas se sintieran bien. Querían cambiar. Cuando los hombres vieron lo bien que lo pasaban sus mujeres pidieron un curso para ellos. Al final del curso las mujeres me ofrecieron un canto dulce y melodioso en agradecimiento que a pesar de no entender la letra me emocionó sobremanera y me dijeron todo lo que había supuesto para ellas ese encuentro.

En la foto Rachel posa orgullosa porque nos presentó a su bebé al que alimentaba solo con su leche y era un bebé maravilloso.  

Lalé lalé Rachel.

Kyabe avanza inicio 3
Ombori, lago Tchad

Esta foto la tomé en el lago Tchad. Ví a Ombori encaramado en esa construcción frágil aislado, en medio del terreno rodeado de agua sin posibilidad de salir y recuerdo la cantidad de emociones que me asaltaron. Luego me explicaron la función de los niños espantapájaros pero no disminuyó la angustia de ver a un niño de no más de diez años solo, en silencio, sin amigos o escuela, cumpliendo leyes ancestrales que nadie se atreve a discutir.

Recuerdo su mirada y lo que interpreté yo aquí solo y desamparado y tú haciendo fotos y le mandé con el pensamiento la respuesta: Sí hago fotos que espero un  día sirvan para mostrar el padecer infinito de tu gente.

Lalé lalé, Ombori.

globo
Rindjekono de Koutou

Esta foto es una de una serie que hice siguiendo todos los movimientos de Rindjekono. Me pareció un niño listo, espabilado. Aparecimos en su aldea cargadas con cuadernos lápices gomas y globos de todos los colores. Ibamos para la reunión de la nueva escuela que se tenía que construir.

Había uno para cada niño y niña pero el no podía saberlo por eso se puso en alerta para conseguir uno, un globo suyo. Es difícil  explicar lo que significa una posesión para un niño que tan chico sólo conoce enfermedades, hambre y un montón de hermanos. Su padre infló el globo y sus expresiones pasaron de una emoción inaguantable a una explosión de alegría, y de miedo a perder lo que acababa de ganar.

Yo también me quedé cautivada y le hice un montón de fotos para eternizar ese momento, ¡es tan fácil y barato proporcionarles una alegría! 

Lalé, lalé Rindjekono.

Mutilacion genital femenina
Kadja

Esta es Kadja. Su mirada y su postura corporal me impresionaron. Fue una mirada retadora diciéndome muchas cosas a la vez que mi torpeza e ignorancia no me permitieron procesar, ella sí. Ella entendió quiénes éramos, lo que hacíamos allí y me retó a aproximarme a lo que estaba viviendo con una dignidad que la hice mi heroína.

 

Sin maquillaje ni máscaras ni tocados me resultó la más bella, la más dolorosamente bella de las niñas que se aglomeraban para ver el circo de los blancos. Después supe que la llave colgando de su cuello significa que está sola todo el día hasta que sus padres vuelven de buscar la manera de llegar al día siguiente.

Y también que su mirada mezcla de tristeza, ira, miedo y angustia denuncia silenciosamente una mutilación de su identidad de su integridad física, psíquica y afectiva que no tiene consuelo posible puesto que se la inflige quien más parecía quererla. Su esperanza de vida se ha reducido debido a lo que le han hecho. Gracias Kadja por hacerme sentir ridícula, por creerme capaz de ayudarte, 

Lalé lalé Kadja.

Kyabe Avanza inicio 2
Kydana

A Kidana la conocí en Tatemoe. La primera vez que fuimos a Kyabé ibamos todos los días a Tatemoe y queríamos que el curso fuera un éxito y creímos que podíamos hacer grandes cosas. Luego la experiencia nos puso en la realidad. En Tatemoe 20 familias conviven durante dos años y tienen una serie de actividades tanto los adultos como los niños que los hacen casi extraordinarios a los ojos de los que se quedan en las aldeas. En los momentos que no hay escuela las criaturas juegan en el patio de tierra llenando el espacio de gritos y risas. Alguien les propuso un juego pero Kidana llevaba a su hermano pequeño a cuestas y no podía participar en según cuáles. En una de esas situaciones en las que tenía que elegir si jugar o seguir cargando con su hermano me miró y la sonrisa brotó cómplice, no sé lo que hubiera hecho de no estar yo pero decidió seguir cargando.

Me pareció desmesurado para su edad pero luego ví a su madre con un bebé más pequeño y quizá ya el nuevo embarazo y todos los esquemas de nuestro mundo se vienen abajo y dejé de juzgar. 

Lalé lalé Kidana,