(Foto: Un grupo de supuestos rebeldes detenidos por el Ejército de Chad, cerca de la localidad de Zigueye.HANDOUT / AFP)
La muerte del presidente chadiano Idriss Déby, a los 68 años, mientras combatía al frente de sus tropas contra un grupo rebelde el pasado domingo, apenas 24 horas antes de ser proclamado vencedor en las elecciones presidenciales del 11 de abril, ha abierto una peligrosa caja de Pandora. Su hijo, el general Mahamat Idriss Déby, ha tomado el poder en un golpe de Estado que no ha sido condenado ni por Francia ni por la comunidad internacional en aras de la estabilidad del país de África central. Pero las amenazas son múltiples: un Ejército dividido, una oposición que rechaza a la junta militar y una rebelión nacida a la sombra del avispero de la vecina Libia que cobra fuerza. Las tropas chadianas están presentes en numerosos países de la región como Níger, Malí o República Centroafricana, como combatientes contra el yihadismo. Un seísmo en Chad tendría réplicas.
Fragmento y foto tomada del diario El Pais, de España (25-04-2021).
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