Queridas hermanas , hermanos, amigas y amigos todos: (escrito con una mano)
Aquí estoy, en Goundi al cuidado de Leopoldo y Francesc Cortadellas después del achuchón de la semana pasada en Kyabé. La cosa ocurrió mientras estaba en mi cuarto trabajando en el ordenador. Yo debí perder de pronto la conciencia y caer al suelo donde me encontró Emile que con ayuda de otro compañero, Charles Danembe, me llevaron enseguida al hospital central de Kyabé. Yo sólo recobré la conciencia en la cama del hospital entre rostros de amigas y amigos que seguían mi evolución con la lógica preocupación. Cuando el médico pasó aceptó gustosamente mi traslado a Goundi, que le proponían mis compañeros. Por entonces yo tenía la incertidumbre de si la parálisis que tenía en el brazo izquierdo era debida al golpe que debí darme al caer en la habitación o si se trataba de un accidente vascular. Acepté la organización del traslado hasta Goundi, y desde allí nos telefonearon diciendo que nos esperaban. Nuestro mecánico Brahim aceptó la invitación de Charles de acompañarnos hasta Goundi (275 Km).
El recibimiento cariñoso de Leopoldo y Francesc me llenó de confianza en este periodo de incertidumbre que empezaba para mí. Me dieron una habitación en una casita muy cerca de ellos, que acoge a los extranjeros. Charles y Brahim también tuvieron su habitación cercana a la mía, para poder atenderme mejor a la espera de los exhaustivos análisis de la mañana siguiente. La primera noche ha sido muy complicada para adaptarme a valerme con un solo brazo. Brahim ha estado atento a la campanilla con la que le he llamado prácticamente cada hora durante toda la noche. Al día siguiente los análisis de sangre y orina, toma de temperatura y tensión, apuntaban según Leopoldo a un accidente vascular, un pequeñísimo trombo, debido a la presencia de paludismo en sangre. La rehabilitación se veía importante para los siguientes días. Ninh, es una joven religiosa vietnamita, a quien conocí en Sarh hace un mes, que se ofrecía a hacerme la rehabilitación en sesiones de mañana y tarde, todos los días. Hoy estoy en el tercer día de estas sesiones con Ninh. ¡Me da unas palizas…! Pero ya logro mover los dedos de la mano aunque el brazo no logra recuperar su movimiento todavía.
Bueno, pues esta es la situación. Brahim tiene que regresar a Sarh donde dirige un taller de formación de jóvenes mecánicos. Su disponibilidad durante todas las horas de la noche ha sido impagable. Lo ha hecho de un modo absolutamente voluntario, perdiendo una semana de trajo. Todo ello no puede ser fruto de otra cosa que de la profunda amistad que nos une desde hace años y que nunca podré agradecerle suficientemente. El domingo volverá Charles desde Kyabé y Sarh.
Lo que me preocupa es que mi mente quede centrada solamente en mí mismo, de momento y que el resto del mundo desaparezca: que ello me sea perdonado.
Un abrazo muy grande: Manolo